Barranco de Valdeazores
Distancia: 6,5 km | Tiempo: 2:30 horas | Dificultad: Media
La riqueza botánica de la zona por la que transcurre este sendero ha sido exaltada por los numerosos naturalistas que la han visitado. Aquí, entre el monte mediterráneo se entremezclan perales silvestres, madroños, durillos… Gracias a esta diversidad vegetal, en esta zona del Parque Natural Despeñaperros podemos disfrutar en otoño de un bello paisaje donde los verdes, ocres, amarillentos y rojizos crean un mosaico de color. Otro de los atractivos de este sendero son las numerosas especies de aves que habitan en Despeñaperros. Es fácil que podamos observar sobre nuestras cabezas el vuelo de alguna rapaz, como el águila real.
El sendero bordea la su cuenca del arroyo Valdeazores, un barranco de formas regulares. A los considerables valores naturales del lugar se añaden otros de tipo histórico o cultural, relacionados con el carácter estratégico del desfiladero, del que tendremos jugosas vistas desde el mirador Los Órganos.
Cerro de Monuera
Distancia: 8,7 km | Tiempo: 2:45 horas | Dificultad: Media
A caballo entre el Parque Natural Despeñaperros y el Paraje Natural Cascada de la Cimbarra, este sendero nos permitirá conocer en todo su esplendor lo que nos ofrece Sierra Morena en tan solo algo más de 8 kilómetros.
Nos encontramos en el término municipal de Aldeaquemada, una de las nuevas poblaciones creadas por Carlos III, y cuya visita es obligatoria para reponer fuerzas cuando terminemos de realizar este ameno sendero. Éste es de tipo circular, recorriéndose en el sentido de las agujas del reloj.
La cueva de los muñecos
Distancia: 0,9 km | Tiempo: 1:00 horas | Dificultad: Baja
El sendero que vamos a recorrer arranca en el Centro municipal de Interpretación del Patrimonio Histórico y Cultural denominado “El Aprisco”; y cuenta con dos ramales.
El primero de ellos, en sentido ascendente, nos llevará hasta el Cerro del Castillo, lugar en el que se estableció en su día un poblado íbero. La cultura de los íberos guarda muchos misterios que posiblemente nunca se expliquen. Sus creencias casi se desconocen, pero a nadie extraña que tuvieran en estos parajes uno de sus principales lugares de culto, y que aún se apropiaran de él los romanos para satisfacer a sus dioses. Al final de este ramal se encuentra el mirador del Cerro del Castillo.
Si se toma segundo ramal, descenderemos hasta lo que en su día fue el Santuario Ibérico del Collado de los Jardines. En este santuario de época ibérica se han hallado numerosas figurillas o exvotos (figurillas de bronce), que los lugareños denominan como muñecos, y que representan a sacerdotes, guerreros, mujeres y hombres. La búsqueda de estas antiguas reliquias por parte de expoliadores ha provocado daños como el agujereo de la superficie del tramo final del camino; por lo que habrá que extremar la precaución, especialmente en tiempo de lluvias. Una vez lleguemos al final de este ramal, descubriremos la llamada Cueva de los Muñecos, un abrigo rocoso que es lo único que ha llegado a nuestros días de lo que en su día fue uno de los santuarios más importantes de la civilización íbera.
El Empedraillo
Distancia: 8,3 km | Tiempo: 3:40 horas | Dificultad: Baja
Una antigua calzada empedrada, de supuesto origen romano, da nombre a este sendero que parte de Miranda del Rey, pedanía de Santa Elena, y tiene como atractivos una gran variedad de vegetación -la denominada selva mediterránea-, alguna cascada y el frescor del pantanillo del Arroyo del Rey. El trayecto acaba retomando el antiguo Camino Real, desde el que se otea un cerro llamado Mesa del Rey.
Todos los hitos rememoran la importancia de otras fechas que tuvo el lugar. Aquí fue donde acamparon y lucharon los ejércitos que se enfrentaron en la crucial batalla de las Navas de Tolosa en 1212.